Cuando la llamada “píldora” salió al mercado en la década de 1960, la industria farmacéutica la ofreció como un método universal y seguro, libre de efectos secundarios que ya se conocían o “sospechaban”. Sin embargo, la llegada de anticonceptivos orales, de origen sintético, no ha estado exenta de riesgos para la salud.
Como cualquier otro producto farmacéutico posee tanto efectos terapéuticos como secundarios, lo cual contraindica su uso en algunas pacientes.
La glucemia constituye una variable homeostática fundamental, y por lo tanto su alteración puede conducir a una serie de condiciones fisiopatológicas que afectan el medio interno del ser humano. Desde principios de la década de 1960, la ingesta de anticonceptivos orales se ha asociado con un mayor riesgo de trastornos del desarrollo del metabolismo de la glucosa.
Un análisis sobre el tema, publicado por The Linacre Quarterly, muestra una serie de alteracionaes en los niveles de glucosa, relacionados con el uso de anticonceptivos hormonales.
El objetivo del análisis es mostrar los principales efectos de la ingesta de anticonceptivos hormonales sobre la regulación de la glucemia. En primer lugar, se describen los estudios más relevantes sobre el tema, a continuación, se discuten los mecanismos que podrían ser responsables de este deterioro en la regulación de la glucemia ejercido por los anticonceptivos hormonales. Finalmente, se discute brevemente la responsabilidad ética de los profesionales de la salud para informar sobre los riesgos potenciales sobre la homeostasis glucémica con respecto a la ingesta de anticonceptivos hormonales.
Es importante conocer e informar a la población, especialmente a jóvenes y adolescentes, sobre los riesgos que provienen de la utilización de métodos anticonceptivos orales, principalmente en este momento crucial, en el cual el Estado y medios ajenos a la familia, quieren influir en las decisiones que toma la mujer con respecto a su salud sexual.