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Establecer límites digitales para el bienestar familiar

Estamos en la era digital, donde la tecnología forma parte integral de nuestras vidas, y también ha cambiado la forma en que educamos y criamos a nuestros hijos. Si bien los dispositivos electrónicos ofrecen una gran cantidad de oportunidades educativas y de entretenimiento, el uso temprano o excesivo de estos puede tener efectos perjudiciales en el desarrollo infantil y en la dinámica familiar. Establecer límites adecuados sobre el uso de pantallas es crucial para asegurar que los niños puedan aprovechar los beneficios de la tecnología sin que afecte su bienestar físico, emocional y social.

El impacto del tiempo de pantalla en el desarrollo infantil

El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH) analizó el estudio “Upstate KIDS” el cual sugiere que los bebés están comenzando a pasar más tiempo frente a pantallas a una edad más temprana de lo que se pensaba, incluso desde los 6 meses. Los datos de este estudio muestran que el uso temprano de dispositivos electrónicos puede correlacionarse con problemas en el desarrollo cognitivo, afectando áreas clave como la atención, las habilidades sociales y la calidad del sueño. De hecho, dicho estudio reporta que los niños que pasan más de 2 horas diarias frente a las pantallas en sus primeros años son más propensos a tener problemas de concentración y a experimentar dificultades para dormir, lo cual puede perjudicar su rendimiento escolar y desarrollo emocional a medida que crecen.

¿Cuándo es el momento adecuado para darle un teléfono a nuestros hijos?

Una de las decisiones más comunes que enfrentan los padres hoy en día es si exponer o no a sus hijos a las pantallas digitales, y si es así, en qué momento. La respuesta a esta pregunta no es sencilla, ya que depende de múltiples factores, como la madurez del niño y la necesidad del dispositivo. Según las pautas de la Academia Americana de Pediatría (AAP), los niños menores de  18 meses no deberían tener acceso a pantallas, con excepción de las videollamadas. Para niños de entre 18 y 24 meses, el uso de pantallas puede ser aceptable, pero siempre de forma limitada y supervisada por los padres, con contenido educativo y adecuado a su edad. Además, para los niños mayores de 2 años, para quienes decidan no limitar el uso de pantallas en su totalidad, se recomienda no exceder 1 hora diaria de uso.

Un estudio de la AAP también resalta que el uso excesivo de dispositivos electrónicos está relacionado con retrasos en el desarrollo del lenguaje y problemas de atención. Por lo tanto, es fundamental que los padres establezcan límites claros y proporcionen alternativas, como juegos interactivos y actividades físicas, para contrarrestar los efectos negativos del uso prolongado de pantallas.

Tecnología y dinámica familiar: un equilibrio necesario

El uso de la tecnología no es inherentemente negativo, pero se convierte en un problema cuando comienza a desplazar otras actividades importantes, como el juego físico, las interacciones cara a cara y el tiempo de calidad en familia. Un estudio del Digital Wellness Lab sugiere que, si bien la tecnología facilita la conectividad y ofrece recursos educativos valiosos, también puede contribuir al aislamiento social, disminuir la calidad de las relaciones familiares y afectar la salud mental de los niños. En este sentido, el 30% de los niños en edad escolar han reportado sentirse más distantes de sus padres debido a la sobreexposición a las pantallas, lo que afecta su bienestar emocional.

Para evitar estos efectos adversos, los padres deben establecer un equilibrio. El estudio también señala la importancia de que las familias creen momentos de desconexión digital, promoviendo actividades fuera de las pantallas, como juegos en familia o salidas al aire libre. Esta “desconexión intencional” no solo fomenta una mejor salud mental, sino que también fortalece los lazos familiares al permitir interacciones más auténticas y significativas.

Pautas de uso de tecnología según la edad del niño

La cantidad de tiempo que un niño pasa frente a una pantalla debe ajustarse a su edad y etapa de desarrollo. Para los menores de 2 años, las recomendaciones de expertos, como las de la AAP y el NIH, son claras: los niños no deben estar expuestos a pantallas, salvo excepciones muy limitadas. Para los niños de 2 a 5 años, se recomienda limitar el tiempo de pantalla a una hora diaria, priorizando contenido educativo y asegurando que los padres participen activamente en la experiencia digital. Según un informe de la AAP, el 45% de los niños menores de 2 años tienen acceso a dispositivos móviles, lo que aumenta los riesgos de retrasos en el desarrollo del lenguaje y habilidades motoras.

A medida que los niños crecen, es importante seguir siendo conscientes del tipo de contenido que consumen, así como del tiempo que pasan en dispositivos. Las pautas para los niños de 6 años o más sugieren que el tiempo de pantalla no debe interferir con el sueño, la actividad física o las interacciones sociales, y que los padres deben seguir supervisando el contenido y estableciendo reglas claras sobre el uso de la tecnología.

¿Qué pasa en Guatemala?

En la actualidad, el teléfono inteligente se ha convertido en una herramienta esencial en la vida diaria de muchas personas. Según los resultados de una encuesta realizada en 10 países de América Latina y España, dentro del proyecto Bienestar en Cuarentena, impulsado por el Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra y la Universidad del Istmo de Guatemala, el 62.72% de los participantes indicó que utilizan su celular más de ocho horas al día. Mientras que un 11.88% lo usan entre 15 y 20 horas diarias.

Observemos los siguientes datos sobre la situación digital en Guatemala en 2023.

Fuente: Gráfica propia de FADEP con base en los datos de GSMA Intelligence 

Podemos concluir que hay más usuarios en teléfonos móviles que población total en Guatemala. Más de la mitad de la población guatemalteca es un usuario activo en internet; y casi la mitad de la población es un usuario activo en redes sociales. Del total de población guatemalteca activa en el mundo digital, el 38.4% son menores de edad. Debemos reflexionar lo que esto significa para la dinámica familiar.

Bienestar digital familiar: estrategias para una convivencia saludable con la tecnología

El concepto de bienestar digital implica un uso equilibrado y consciente de la tecnología, con el objetivo de mejorar la vida familiar y el desarrollo infantil. Los padres desempeñan un papel fundamental como modelos a seguir, ya que los niños tienden a imitar el comportamiento de los adultos. Si los padres practican el uso consciente y equilibrado de la tecnología, es más probable que los niños adopten estos mismos hábitos.

Un informe del Digital Wellness Lab señala que el 70% de los padres que establecen límites claros sobre el uso de pantallas y modelan buenos hábitos digitales ven mejoras en el bienestar general de sus hijos. Para fomentar un bienestar digital adecuado, es clave establecer límites claros sobre el tiempo de pantalla, crear espacios de desconexión y aprovechar la tecnología de manera que fortalezca las relaciones familiares. La clave está en encontrar un balance saludable que permita a los niños disfrutar de los beneficios de la tecnología sin que esta interfiera en su desarrollo integral.

En conclusión

La tecnología tiene el potencial de ser una herramienta increíblemente poderosa para el aprendizaje y la conexión, pero su uso excesivo y desmedido puede tener consecuencias negativas para el desarrollo de los niños y la salud emocional de la familia. Establecer límites claros sobre el tiempo de pantalla, involucrarse activamente en las experiencias digitales de los niños y crear momentos de desconexión son estrategias esenciales para mantener el bienestar digital familiar. Al hacerlo, los padres pueden asegurarse de que sus hijos disfruten de los beneficios de la tecnología mientras mantienen un desarrollo saludable y equilibrado.